¿Qué es la gingivitis? La gingivitis, conocida también como inflamación de la encía, es la primera etapa de la enfermedad de las encías, y en consecuencia, la más fácil de tratar. Habitualmente acostumbra a ser una afección bacteriana que provoca la inflamación y el sangrado de las encías, que es causada por la acumulación de bacterias entre los dientes.
Si esta placa formada por multitud de bacterias orales no se elimina correctamente mediante el uso del hilo dental o un buen cepillado, es la que acabará inflamando la encía y provocando el sangrado de la misma.
Algunos de los síntomas principales pueden ser:
- Sangrado de las encías.
- Las encías se tornan de un color rojo brillante.
- Se produce una mayor sensibilidad al tacto.
- Aparición de úlceras bucales o llagas.
- Inflamación, aumento de tamaño, y dolor en las encías.
Aunque estos síntomas son fácilmente detectables, recordamos que debe ser el especialista quien realice el diagnóstico y posterior tratamiento para adecuarse a cada caso en concreto.
Factores que predisponen la aparición de la gingivitis
Hay ciertos factores que pueden facilitar la aparición de la gingivitis, algunos de ellos son:
- Una mala higiene dental o una higiene dental deficiente.
- Cambios hormonales, como por ejemplo durante la pubertad o en el período de embarazo.
- Dientes mal alineados que facilitan la acumulación de restos de comida.
¿Se puede prevenir la gingivitis?
Para prevenir este tipo de enfermedad es necesaria una buena higiene oral junto con las limpiezas profesionales, ya que una vez se endurece la placa bacteriana y se forma sarro, únicamente un especialista podrá eliminarla.
Algunos consejos para prevenir la gingivitis son:
- Buena higiene oral haciendo uso del hilo dental y cepillándote los dientes una vez después de cada comida, siendo suficiente dos veces al día, cada 12 horas.
- Seguir una dieta sana y saludable.
- Evitar el tabaco.
- Visitar regularmente a su dentista.
Tratamiento
Generalmente, padecer gingivitis no es muy doloroso y en un principio no es una enfermedad con altos riesgos, pero si no se trata a tiempo puede derivar en periodontitis que se caracteriza por producir una recisión en la encía, incluso la pérdida de hueso.
Para el correcto tratamiento de la gingivitis es necesario que el especialista que realice el tratamiento sea un periodoncista.
En el caso de una gingivitis leve o moderada se realiza un tratamiento que consiste en una sesión de limpieza bucal o profilaxis que entre otros aspectos incluye el uso de ultrasonidos para combatir el sarro, una pasta de profilaxis que tiene por objetivo aumentar los niveles de flúor, conseguir una mejor limpieza y eliminar manchas así como el uso de tiras interproximales que tienen la finalidad de mejorar la higiene en los espacios interdentales (entre los dientes).
En el caso de encontrarnos con una gingivitis más severa, además de los pasos especificados para el tratamiento de una gingivitis de estadio leve o moderado, deberá complementarse con alguna sesión más de higiene profesional, reforzando la enseñanza de higiene oral.
El odontólogo, dentista, higienista o periodoncista será el encargado de mostrar al paciente cómo debe cepillarse y usar el hilo dental. El paciente deberá realizar visitas periódicas a su dentista cada 6 meses para mantener un control e higiene excelentes.