El bruxismo y la erosión dental se define cómo el desgaste dental y la progresiva pérdida de tejido dental duro no provocado por caries, traumatismos dentales o trastornos del desarrollo. Las causas pueden ser mecánicas o químicas. Las causas mecánicas son atrición, abrasión, abfracción. La principal causa química es la erosión.
Bruxismo y la erosión dental
El bruxismo y la erosión dental son cosas distintas aunque van ligadas de la mano, te explicamos la distintas causas del bruxismo y erosión dental:
Atrición
La atrición está provocada por fuerzas excesivas, funcionales (masticación) o para funcionales (bruxismo). Se observa sobre todo en las caras oclusales de los dientes. Es una fuerza funcional o para funcional exagerada causada por el contacto de un diente con otro diente.
Abrasión
La abrasión está provocada por materia, objetos o sustancias (ajenos a la boca) que repetidamente contactan con la superficie de los dientes (cepillo, pasta de dientes, bolígrafos, comida y otros objetos). La morfología del defecto puede ser generalizada o localizada dependiendo de la acción del objeto sobre los dientes. Es un tipo de desgaste provocado por el contacto de un objeto con dientes.
Abfracción
La abfracción es la patológica perdida de tejido duro dental provocado por fuerzas de carga biomecánica. La carga de las fuerzas se concentra en el cuello del diente, haciendo que el esmalte se desprenda y creando una lesión cervical no cariosa.
Erosión
La erosión es la progresiva perdida de tejido dental provocada por procesos químicos (ácidos). Puede ser intrínseca, es decir, provocada por los ácidos producidos por el organismo mismo (reflujo, bulimia) o extrínseca, causada por una dieta a base de productos ácidos (pH <5,5).
En general, el origen del desgaste dental suele ser multifactorial, o sea provocada por una combinación de causas. Para establecer el correcto plan de tratamiento es muy importante saber con seguridad cuál es la etiología del fracaso y así poder realizar un correcto diagnóstico.
El tratamiento depende del grado de afectación dental. Si la afectación es leve, con una corrección de hábitos y una correcta prevención dental, podemos solucionar el problema; enseñanza de higiene dental, uso de flúor, dieta poco ácida.
Cuando el caso es moderado o severo podemos devolver al paciente una correcta estética dental y función haciendo una rehabilitación de prótesis fija con coronas o en una rehabilitación adhesiva con carillas e incrustaciones. La diferencia entre las dos técnicas depende de la preservación de la estructura dental residual.
Cuando hacemos coronas tallamos los dientes para dejar un muñón donde se va a cementar dicha corona. Es un tipo de retención mecánica porque la funda se cementa a un diente transformado en pilar. En rehabilitaciones adhesivas, la estructura dental residual se mantiene más (técnica más conservadora) y a esta se añade la parte del diente que falta a través de un proceso químico de adhesión. Por eso usamos incrustaciones y carillas. El material de elección suele ser la cerámica, puesto que nos ofrece una mejor estética y resistencia.
Una vez finalizado el tratamiento es fundamental corregir o prevenir las causas que han provocado el desgaste dental. El uso de una férula de descarga previene el desgaste provocado por la atrición de los dientes. Muy importante corregir los hábitos dietéticos para bloquear la erosión química de los dientes y administrar flúor a los pacientes para remineralizar el esmalte.