Si recurrimos a su definición más literal, las papilas gustativas son un grupo de receptores sensoriales que se encuentran en la lengua y que son responsables del sentido del gusto. Es decir, en función de dónde estén ubicados, son capaces de detectar unos u otros sabores.
Efectivamente, cuando te preguntas por qué algunos alimentos saben tan bien y otros te generan rechazo, deberías responsabilizar a tus papilas gustativas y es que ellas están detrás de que tú seas capaz de percibir los cinco sabores básicos: dulce, salado, amargo, ácido y umani –este último puede que resulte menos familiar, es el sabor que surge de la concentración de glutámico o glutamanto que está sobre todo presente en comidas de origen asiático–.
El olfato, un aliado para detectar sabores
Suena extraño ¿verdad? Pero es cierto, sin embargo, que para detectar estos sabores, las papilas gustativas se apoyan, también, en la nariz. Y es que los receptores olfativos que los seres humanos tenemos en la parte superior de la nariz contienen unas células que también le envían mensajes al cerebro para ayudarle a descifrar los auténticos sabores.
Por esta misma razón, cuando estamos resfriados o sufrimos algún episodio de alergia, como la parte superior de la nariz no está despejada y los receptores olfativos no se estimulan, nos cuesta más identificar los sabores de la comida.
¿Qué son las papilas gustativas?
Volviendo a las papilas gustativas, lo cierto es que podemos identificarlas fácilmente en la boca. De hecho, son los pequeños bultitos que cubren nuestra lengua y que a su vez tienen cilios –una especie de pelitos– que son muy sensibles y que son los que realmente identifican el sabor y envían ese mensaje al cerebro.
Normalmente, el sentido del gusto se desarrolla en el feto en las 15 semanas de gestación y a partir de este momento no dejarán de producirse cada 2 semanas.
De media, los seres humanos, poseen en torno a 10.000 papilas gustativas y estas se van regenerando de forma periódica durante la infancia, la juventud y la primera fase de la edad adulta. De hecho, cuando llegamos a una determinada edad las células de las papilas gustativas dejan de desarrollarse y nos quedamos con unas 5.000. Es por esta razón que cuando envejecemos algunos alimentos nos parecen más fuertes o nos son más desagradables.
¿Qué tipos de papilas gustativas existen?
Entre todas ellas podemos encontrar, repartidas por toda la superficie lingual, cuatro tipos de papilas gustativas:
Papilas fungiformes
Reciben este nombre porque se componen de una cabeza abultada y de un pedicelo, es decir, tienen una forma que recuerda a un hongo. Aunque se pueden encontrar por toda la lengua, lo cierto es que se concentran especialmente delante de la V lingual.
Papilas filiformes
Al contrario de las fungiformes –que se estimulan en la niñez y la vejez–, las papilas filiformes lo hacen durante la edad adulta. Tienen forma cónica y cumplen una función térmica y táctil.
Papilas caliciformes o circunvaladas
Son las más importantes a pesar de ser las menos numerosas. Se disponen en dos líneas cerca de la base de la lengua. Son las receptoras del sabor amargo.
Papilas foliadas
Gran parte de ellas se localizan en la parte lateral posterior de la lengua y algunas en el dorso y son receptores que captan los sabores salados.
¿Por qué perdemos el sentido del gusto?
Existen 3 respuestas a esta pregunta, ya que existen 3 trastornos relacionados con la pérdida del sentido del gusto. Estos son:
- Disgeusia: Es un trastorno que consiste en tener mal sabor en la boca de forma persistente. Este sabor suele ser metálico, salado o rancio.
- Hipogeusia: Este trastorno se basa en la reducción de la capacidad gustativa, es decir, todo sabe menos. Esto pasa en especial a las personas fumadoras.
- Ageusia: Pérdida completa del gusto.
Estos trastornos constituyen un problema porque puede conducir a trastornos graves de la alimentación, como una desnutrición progresiva a lo largo del tiempo, debido a que se pierde el gusto por comer o por tener la capacidad de identificar alimentos en mal estado.
Las causas del trastorno del gusto
Las causas de la pérdida de sabor o una alteración en el gusto puede deberse a un resfriado, a algún medicamento o en algunos casos puede ser neurológico:
- Resfriados o catarros: infecciones en las vías respiratorias, ya que estas no están despejadas y no pueden activar los receptores olfativos que están ligados a los del gusto. Un ejemplo de patología muy clara es la Covid-19, uno de los síntomas más comunes es la pérdida del sentido del gusto y el olfato.
- Medicamentos que producen una alteración en el olfato y el gusto, debido a la exposición de químicos sobre las papilas gustativas.
- Radioterapia y quimioterapia, sobre todo en zonas como la cabeza o la garganta.
- El tabaco también genera una disminución del sabor. La sustancias del tabaco inhiben y disminuyen el grosor de las papilas gustativas. Por lo tanto, aquellas personas que fuman cuando dejan de fumar recuperan los sabores y comienzan a saborear mucho.
- Enfermedades neurológicas que provocan alteraciones en los sabores.
¿Cómo tratar la pérdida del gusto?
No existe un único tratamiento para la pérdida del gusto o el olfato, ya que depende de lo que hay causado dicho trastorno.
Si es debido a la ingesta de un medicamento, el tratamiento será dejar el medicamento o cambiarlo por otro que no genere esos efectos secundarios.
Cuando se trata de que la pérdida de gusto y olfato es por una enfermedad, se recupera el gusto cuando se haya pasado la enfermedad.
De todas formas, ante la manifestación de la pérdida del gusto o el olfato, nuestra mayor recomendación es que visite a su médico o dentista de confianza.