El campo de la implantología ha atravesado numerosos cambios en los últimos años avanzando, sobre todo, en lo que se refiere a nuevas técnicas y materiales utilizados. Estos avances se traducen también en mejores resultados a nivel estético que hacen que el distinguir un implante de un diente natural sea casi imposible. Todo esto ha facilitado que la cirugía de implantes sea uno de los tratamientos más frecuentes en las consultas de los dentistas. Aun así, sigue generando reparos entre la población y es que, al fin y al cabo, se trata de una intervención quirúrgica y puede tener algunas complicaciones que, aunque no son de gravedad (por ejemplo: una infección del implante), suelen generar preocupación en los pacientes.
Por ejemplo, por el dolor y la incomodidad que se puede alargar hasta 10 días después de la cirugía. En el caso de que persista y se alargue en el tiempo se recomienda acudir al dentista ya que detrás de este dolor puede haber varias causas como enfermedades auto-inmunes, falta de riego sanguíneo al hueso alrededor del implante, el rechazo de su cuerpo al implante, un daño a los tejidos o una infección.
De hecho, la infección es una de las causas que más preocupan a los pacientes y que hace que con frecuencia se pregunten por qué se infectan los implantes dentales y si eso puede terminar por provocar que el implante se caiga.
Respondiendo a lo primero, es importante tener en cuenta que el implante no se puede infectar por sí mismo ya que se trata de una pieza artificial, hecha de titanio que se inserta en el hueso maxilar o mandibular. Es decir, no tiene vida y por lo tanto no puede infectarse, lo que sí puede ocurrir es que a su alrededor se acumulen bacterias que terminen por provocar la infección de los tejidos que sujetan el implante.
En cuanto a la segunda cuestión, la respuesta sería sí. Es decir, es posible que los implantes dentales se caigan y, de hecho, hay varias razones para que esto ocurra. En primer lugar, las infecciones bucales de las que hablábamos antes, pero la caída del implante se puede producir también, por cambios fisiológicos asociados al envejecimiento y pérdida de la masa ósea en la mandíbula.
Si esto ocurre, es decir, que consecuencia de una infección de implante dental hemos perdido la pieza es clave guardarla –siempre que sea posible– y pedir hora con nuestro especialista. En el caso de que esta visita no pueda hacerse de forma inmediata, los pacientes deberán seguir dos recomendaciones básicas. En primer lugar, deben evitar masticar cualquier tipo de alimento en la zona del implante. En segundo lugar, deben maximizar sus hábitos de limpieza bucal, enjuagando 2-3 veces al día la zona recurriendo a un enjuague bucal sin alcohol.