Los alimentos y bebidas que ingerimos pueden dejar restos en nuestra boca de modo que, si no nos cepillamos bien los dientes y en la frecuencia adecuada, se acumularán residuos y bacterias que pueden boicotear nuestra salud bucal en forma de una infección dental.
Estas infecciones pueden ser leves o moderadas, pero en otros casos pueden incluso provocar la pérdida del diente afectado. De ahí que insistamos tanto en la necesidad de un correcto cepillado que nos ayudará a prevenir este tipo de patologías. Las más frecuentes son: caries, pulpitis, gingivitis, absceso dental y periodontitis.
Todos podemos vernos afectados por una infección en la boca en cualquier momento de nuestras vidas, por ello es clave identificar los síntomas más comunes que pueden ser una señal de alerta de que algo en nuestra boca no funciona como debería.
Cómo saber si tenemos una infección dental
Aunque el diagnóstico definitivo siempre debe realizarlo un dentista, es cierto que los pacientes pueden identificar una serie de síntomas que indicarán si padecemos o no algún tipo de afección en nuestra boca. Los más frecuentes son:
Dolor
El dolor como consecuencia de una infección dental puede ser intenso, constante o intermitente. Lo sentirás al comer, al morder o al abrir y cerrar la boca. Lo más normal es que se concentre en el diente y tejidos colindantes como la encía, pero que no te sorprenda si se extiende a otras áreas de la boca y llegas incluso, a notar un fuerte dolor en la mandíbula.
Mal aliento
La halitosis no está únicamente relacionada con una infección dental, pero sí que es cierto que cuando hay una presencia excesiva de bacterias en la boca estas provocan el mal aliento. Una buena técnica de cepillado puede ayudarnos a identificar la causa de la halitosis y es que, sí usando la pasta de dientes adecuada, el mal aliento permanece significa que, esta solo desaparecerá si atacamos la infección dental.
Enrojecimiento y sangrado
Algunas de las infecciones dentales más comunes como la periodintitis o las caries pueden provocar que tus encías adquieran un tono más rojizo y se tornen más sensibles. Si has notado que, precisamente, se han inflamado o enrojecido lo ideal es tratar esto cuanto antes para prevenir que el daño vaya a mayores. En algunos casos como en el de la gingivitis o la periodontitis, también pueden dar lugar a lo que se conoce como encías negras.
Otro síntoma habitual de las infecciones dentales es el sangrado. Si al cepillarte los dientes o pasar el hilo dental por los mismos las encías empiezan a sangrar, es muy probable que sufras algún tipo de infección dental.