La periodontitis es conocida como la enfermedad de las encías. Hay diferentes tipos de periodontitis, que tienen su origen en las bacterias o placa bacteriana que se acumula en los huecos existentes entre las encías y los dientes, dando como resultado, en el peor de los casos, la pérdida del diente. Aunque la mayor parte de la población no es consciente, es una afección que sufren el 40% de los adultos, esta cifra se incrementa hasta el 65% de periodontitis en los mayores de 55 años. La Periodontitis severa o avanzada se da en un 12% de la población adulta. Y siendo la sexta infección más frecuente según la OMS (Organización mundial de la Salud).
Este tipo de alteraciones, tanto si se encuentran en una fase avanzada como en una fase inicial, es necesario tratarlas para evitar problemas más graves, que pueden focalizarse en las encías, en la pérdida de hueso y de alguna pieza dental, o en el aumento de riesgo de otros problemas como infartos de corazón, neumonías o peor control de la diabetes.
Para solucionar esta afección dental hay que tener en cuenta que hay diferentes grados de periodontitis, habiendo tratamientos específicos para los estados más avanzados.
Antes de poder diagnosticar un caso como periodontitis, cuando nos encontramos en una fase inicial donde solo la encía está afectada, puede resultar ser un caso de gingivitis. Este precedente a la periodontitis puede ser molesto, pero no tan peligroso ya que no hay una afectación en el hueso.
El primer nivel de esta patología se la denomina periodontitis inicial. En estos casos, se realizará un estudio periodontal en el que se realizará un periodontograma y radiografías de la boca del paciente para ver si la infección ha llegado, o no, al hueso y de qué forma. De este modo se podrá realizar un buen diagnóstico que es el que acabará determinando el tratamiento en concreto. A continuación, el especialista o periodoncista procederá a realizar la fase básica en la que se hace la profilaxis o higiene con enseñanza de higiene oral. Se realiza una limpieza bucal para eliminar la placa bacteriana. Seguidamente, se hace un raspado y alisado radicular, quitando el sarro de la raíz por debajo de las encías, normalmente con un poco de anestesia.
El segundo estadio, un poco más grave que el anterior, se denomina periodontitis moderada. También se deben realizar periodontograma y radiografías, y una limpieza bucal para eliminar la placa bacteriana, además de información, motivación y raspado radicular, anteriormente llamado curetaje. Este tratamiento en general no produce molestias ni inflamación.
El tercer nivel de más gravedad es la periodontitis avanzada o severa, donde la pérdida de hueso alcanza a dos tercios de la raíz de los dientes. Puede ser localizada o generalizada. Se sigue haciendo el mismo procedimiento que los dos tratamientos anteriores combinados con uno o dos antibióticos sistémicos. En ocasiones es necesaria una cirugía periodontal que incluye microinjertos para recuperar el hueso perdido. De esta forma hay una mejora a nivel de salud ya que no se deja la posibilidad de que se vuelvan a depositar las bacterias. Es un método mínimamente invasivo en la que se hace una incisión pequeña en la encía de la zona a tratar y allí se introducen injertos de hueso o de encía.
Por último, el periodoncista deberá comentarle al paciente que deberá acudir a la consulta para hacer revisiones cada 4 o 6 meses aproximadamente en función de su riesgo a volver a padecer Periodontitis. Es la revaluación y mantenimiento para tener un control del resultado del tratamiento. Se sigue el estado de las encías para evitar que las bacterias vuelvan a aparecer. También, es importante mencionar que todo profesional debería recomendar a los pacientes sometidos a tratamiento un estricto mantenimiento de su higiene bucal, para eliminar cualquier riesgo de volver a tener ese tipo de enfermedades.
En el caso que notes sangrado en tus encías, movilidad en tus dientes, mal olor, mal sabor de boca o notes las piezas dentales más largas, no dudes en acudir a tu clínica para tratar tu caso cuanto antes. Si dejas pasar esta infección puede surgir dificultad al masticar, problemas estomacales, dolor, sangrado, alteraciones estéticas e incluso la pérdida de dientes y empeoramiento de tu Salud general, en el peor caso.