¿Tienes un flemón? Una de las consecuencias más frecuentes que se derivan de una higiene bucal deficiente son las infecciones. Estas pueden afectar a la encía, los dientes, el nervio… Esto es lo que se conoce como absceso o flemón e, independientemente del tipo de infección, detectarlo a tiempo es clave para evitar que se expanda y pueda derivar en problemas de salud más graves.
El riesgo existe y la causa más frecuente suele estar en una acumulación de bacterias en la boca y/o una caries profunda. A partir de aquí, el flemón puede ir avanzando por las distintas zonas de nuestra boca propagando la infección. Empezando por el nervio, –dando lugar a una pulputis–, las encías –periodontitis– o, incluso, llegando a afectar al hueso –osteítis–.
¿Por qué salen los flemones?
Prevenir esta situación está, en gran medida, en manos del paciente y pasa por tener en mente algunos buenos hábitos fundamentales. El primero de ellos, ya lo hemos avanzado al principio de este artículo, prestar especial atención a la higiene oral. Solo manteniendo una boca y dientes limpios lograremos mantener a raya a las bacterias que dañan nuestros dientes y encías. El cepillado dental exhaustivo es imprescindible, sobre todo, después de las comidas. Acompañarlo, además, del uso de hilo dental y enjuagues es ideal.
Es cierto que los flemones pueden aparecer por otras causas, como son los traumatismos que den lugar a una fractura del diente, convirtiéndose así en puerta de entrada de la infección en la boca.
En esta línea, acudir a revisiones con tu dentista de forma periódica también es adecuado, ya que, en cada una de estas visitas, el especialista será capaz de identificar los flemones con tiempo y así aplicar el tratamiento adecuado antes de que la infección pueda llegar a otras partes de la boca.
La alimentación también juega un papel relevante en la prevención de los flemones y es que, evitar el consumo frecuente de alimentos azucarados, productos con almidones o refrescos es una buena decisión para la salud de nuestros dientes en general y para que no surjan infecciones en particular.
Los síntomas más frecuentes del flemón son…
Lo más frecuente el flemón se manifieste de varias y diversas formas en función de cada paciente.
- Inflamación prolongada en la mejilla. Especialmente en la zona en la que se localiza la infección.
- Dolor muy intenso. Surge de repente y se manifiesta tanto en situaciones de reposo como cuando comemos o tocamos el área afectada por la infección.
- Mal sabor de boca. El sabor desagradable que produce el flemón puede derivar, además, en halitosis.
- Sensibilidad en los dientes al calor y al frío.
- Concretamente, de la encía y áreas afectadas por la infección.
- Fiebre y malestar general.