Una de las preguntas más frecuentes de nuestros pacientes es el precio que tiene ciertos tratamiento, en este post vamos a hablar del precio de las carillas dentales y el blanqueamiento dental y los tipos de cada una de ellas
Blanqueamiento dental
Con frecuencia, los pacientes acuden a la clínica odontológica para modificar el color de sus dientes. Se puede considerar la modificación del color cuando no hay otros problemas que exijan restauración como alteraciones de la forma o del tamaño de los dientes.
El blanqueamiento dental es un tratamiento que permite aclarar el color natural de los dientes sin la necesidad de eliminar la superficie del diente. Se utilizan productos blanqueadores que actúan provocando que entre oxígeno dentro del esmalte haciendo que el color sea menos concentrado y el diente se vea más brillante. En la mayoría de procedimientos para modificar el color se emplea peróxido de hidrógeno o una forma estabilizada de éste, el peróxido de carbamida. También existe otra técnica denominada microabrasión que emplea ácido clorhídrico y que disuelve las manchas de la superficie del esmalte.
La mayoría de clínicas dentales aseguran que : El tratamiento a seguir en un blanqueamiento dependerá de la vitalidad del diente. Es decir, se realizarán una serie de técnicas cuando se trate de blanquear dientes teñidos por comida, tabaco o por la edad y otras técnicas cuando se trate de dientes que ya no son vitales como por ejemplo aquellos que se hayan oscurecido debido al tratamiento del nervio.
El método de blanqueamiento más común en dientes vitales es la aplicación de un gel que contiene un agente oxidante sobre la superficie del diente. Este método puede realizarse en la clínica odontológica o en casa, siendo actualmente el tratamiento en casa el más común. Las manchas que mejor se blanquean son las de color amarillo, naranja o marrón claro, mientras que las manchas más oscuras, azules o grises, y sobre todo las bandas, se blanquean en un grado mucho menor. Puede ser necesario repetir el tratamiento cada uno o dos años.
Es aconsejable blanquear primero una arcada para que el paciente tenga una referencia fácil de la mejoría tras el tratamiento. En caso de que el paciente tenga hábitos como el tabaquismo o el consumo de café, si sigue con estos hábitos después del tratamiento, el pronóstico a largo plazo puede verse afectado.
Para realizar el blanqueamiento en la clínica odontológica se sigue un procedimiento determinado. No se usa anestesia para poder identificar cualquier molestia o síntoma adverso que pudiera afectar los tejidos del paciente. Se pulen los dientes con una piedra pómez. A continuación se protegen las encías con una pasta para que no se irriten y se coloca un aislamiento para que el profesional pueda aplicar el tratamiento sobre la superficie de los dientes. En algunos casos es aconsejable aplicar ácido sobre el esmalte para abrir los poros. Se recorta una gasa del tamaño del área que se va a blanquear, saturada con la solución blanqueante de peróxido de hidrógeno y se coloca sobre los dientes. La gasa deberá estar en contacto con la superficie interna y externa del diente para que el blanqueamiento se realice a la vez en ambas superficies. Se aplicará luz blanqueante durante unos 30-45 minutos. Una vez ha transcurrido este tiempo, se pulen las superficies de los dientes y se cubren con un gel de fluoruro sódico neutro transparente durante dos minutos. La sensibilidad dental justo después del tratamiento puede aumentar causando molestias.
Otro tipo de blanqueamiento es el blanqueamiento ambulatorio controlado en la consulta. Requiere un aparato de colocación intraoral de configuración muy parecida a la de los protectores bucales así que será necesario realizar un modelo de la dentadura del paciente. En este caso, las soluciones blanqueantes están constituidas fundamentalmente por peróxido de carbamida. El paciente carga la férula con el material blanqueante rellenando el espacio entre el aparato y los dientes con mínimo rebosamiento. Este aparató deberá utilizarlo un mínimo de tres horas al día siendo aconsejable su uso durante toda la noche si la ausencia de síntomas lo permiten.
En el caso de un diente desvitalizado, se introduce el producto blanqueador desde el interior del diente accediendo por la cámara pulpar. En primer lugar hay que evaluar la adecuada obturación de los conductos radiculares. Se requiere un aislamiento meticuloso y la aplicación de un gel protector. Se elimina parte del material utilizado para obturar la cámara pulpar y se aplicará un cemento para sellar el conducto. A continuación se coloca algodón saturado cuidadosamente con peróxido de hidrógeno en la cámara pulpar. Se aplica calor y una vez se ha conseguido el blanqueamiento, se rellena la cámara con un a mezcla de hidróxido de calcio y agua. Finalmente, cuando los resultados son estables y aceptables, se rellena la cámara pulpar con un material restaurador estético que libere flúor y se sella externamente con una restauración de composite.
El mecanismo del blanqueamiento dentario no se conoce del todo. Los geles que se aplican contienen unas moléculas inestables que producirán radicales libres de oxígeno altamente inestables. Estos radicales libres romperán los compuestos orgánicos de las moléculas que forman el esmalte que están intensamente pigmentadas. Al romper estos compuestos orgánicos se obtienen moléculas de cadenas más cortas y menos pigmentadas. Se conoce este proceso como oxidación. Si continuamos el proceso de oxidación durante largo tiempo, se supera la fase de blanqueamiento, pudiendo llegar a descomponer los materiales orgánicos en dióxido de carbono y agua. Esto representaría la pérdida de matriz del esmalte. Por esta razón es importante que los procedimientos de blanqueamiento sean supervisados siempre por un profesional que conozca los riesgos para evitar la porosidad o fragilidad innecesaria del esmalte. Una manera de minimizar estos riesgos es la remineralización del esmalte.
El blanqueamiento dental no es una solución permanente y las tinciones pueden volver a aparecer de manera acelerada si no evitamos los hábitos como fumar, tomar café o la ingesta de alimentos que puedan teñir los dientes. El resultado en cada paciente será distinto y es difícil pronosticar cuál será la intensidad del blanqueamiento final. Las tinciones causadas por tetraciclinas no desaparecerán con los blanqueamientos pero la mayor parte de las otras tinciones responden bien al tratamiento.
Tipos de carillas
Las carillas dentales o estéticas son unas láminas que se pegan en la superficie externa de los dientes ya sean superiores o inferiores. Recubren los dientes del paciente dejando a la vista una dentadura estéticamente mejor. Pueden utilizarse para mejorar la forma, el color, la posición u otras características de los dientes. Cuando algún tipo de tinción no acaba de desaparecer con un blanqueamiento, las carillas son una buena solución estética a este inconveniente.
Existen diferentes tipos de carillas con características diferentes.
En primer lugar, tenemos las carillas de porcelana que proporcionan una estabilidad y resistencia semejante a la del esmalte de los dientes originales. Estas carillas son el resultado de la unión de varias capas cerámicas para obtener un resultado lo más semejante posible al que espera obtener el paciente. Se adhieren al diente natural de manera firme mediante un sistema de adhesión químico y el resultado que se obtiene tiene un aspecto y brillo muy semejante al de los dientes naturales. Antes de colocar las carillas de porcelana es necesario preparar los dientes y tomar impresiones para poder reproducir las carillas en el laboratorio de forma personalizada. Es probable que para la colocación de este tipo de carillas se tenga que reducir la superficie dental mínimamente para conseguir un resultado estético más acertado.
Dentro de las carillas de porcelana encontramos las carillas que no requieren tallado. Este tipo de carillas se usa sobretodo en casos de dientes pequeños, cortos, inclinados hacia dentro o cuando existen espacios entre dientes. Es decir, cuando ya hay espacio suficiente para poder enganchar la carilla de porcelana sin que sobresalga más de lo normal.
Las carillas de porcelana ofrecen una serie de ventajas sobre otros tratamientos estéticos que las convierten en un tratamiento de elección de muchos pacientes hoy en día. Ofrecen una resistencia elevada a diferentes fuerzas como pueden ser las de tracción, compresión o cizalla. A diferencia de los dientes naturales, ofrecen una resistencia al desgaste provocado por la oclusión y masticación aunque podrían llegar a fracturarse. También son resistentes a tinciones permitiendo mantener el brillo de la superficie aunque a veces pueden formarse algunas tinciones con el tiempo en la interfase entre la carilla y el diente natural.
Otro tipo de carillas son las carillas de composite. En este caso, no es necesario enviar modelos de la dentadura del paciente y fabricar las carillas en un laboratorio para engancharlas posteriormente. Se realiza la carilla directamente encima del diente natural añadiendo capas de resinas que se irán moldeando para obtener un resultado estético. Una vez obtenida la forma y anatomía adecuada, mediante tintes se le da a la carilla la coloración y brillo de los demás dientes. Este tipo de carillas se usan por las mismas razones que las carillas de porcelana.
Las restauraciones estéticas por técnicas directas como las restauraciones con composite, pueden aplicarse tanto en los dientes anteriores como en los dientes posteriores. Son efectivas teniendo en cuenta siempre las indicaciones y contraindicaciones de la técnica utilizada y las particularidades de cada paciente. En concreto, con esta técnica podemos darle a la dentadura de un paciente la morfología, función y estética idónea. Si las modificaciones a realizar sobre los dientes son complejas y requieren un mayor tiempo de elaboración, también se pueden utilizar carillas indirectas de composite. Como en el caso de las carillas de porcelana, se elaborará la carilla fuera de boca utilizando un modelo que se habrá tomado previamente de la dentadura del paciente.
En muchos casos, los pacientes no quieren rebajar la superficie de sus dientes naturales para la colocación de las carillas. Por esta razón se están fabricando carillas cada vez más fina que pueden colocarse directamente sobre la superficie del diente natural. Pero al perder grosor y tener menos capas de material, la carilla no ofrece un resultado estético tan bueno como las otras carillas. Será el paciente quien decida si prefiere ganar en estética o conservar los dientes naturales tal y como los tiene. Al no requerir un tallado dental, el procedimiento utilizado para colocar estas carillas es totalmente reversible permitiendo al paciente volver al estado inicial si no queda satisfecho con el resultado obtenido tras el tratamiento.
La utilización de un material cerámico dará siempre un mejor resultado que en la utilización de resinas de composite. A nivel microscópico, la superficie de una carilla de porcelana tendrá una textura homogénea y lisa sin rugosidades mientras que el composite será siempre un poco más rugoso. Por esto, el deterioro por elementos colorantes o por envejecimiento será mayor en composites que en carillas de porcelana. Así pues, en el caso de utilizar composites, se requerirán pulidos y posibles reparaciones periódicas para mantener las carillas en perfecto estado.
Cuando la pérdida de estructura dentaria es muy grande no podemos utilizar carillas y hay utilizar algún método que ofrezca la resistencia necesaria para proteger el diente y ofrecer un aspecto estético acertado. En estos casos se utilizarán coronas de porcelana que además de ofrecer una mejora estética como las carillas, ofrecen una resistencia mayor al diente natural. En dientes posteriores se suelen hacer restauraciones con coronas.